La nueva era de OpenSolar comienza el 18 de septiembre. Regístrate para ver OS 3.0 primero >

S01E5: Lo que debes saber sobre las tarifas y la política de energía solar

En el quinto episodio del podcast OpenSolar, Birchy habla con Sonia Dunlop, directora general del Consejo Solar Mundial, y con el profesor Andrew Crossland, de la Universidad de Durham. Juntos estudian cómo ampliar la energía solar y el almacenamiento a escala mundial, abordando las limitaciones de la red, las barreras comerciales y la necesidad de mano de obra cualificada para impulsar la transición hacia una energía limpia.

También disponible en streaming en Apple y Spotify.

 

El reto global de la energía solar necesita una respuesta global

La energía solar y el almacenamiento ya no son tecnologías marginales. Son intensamente políticas, están en el centro de los debates sobre seguridad energética, política climática y crecimiento económico. El Consejo Solar Global, bajo la dirección de Sonia, existe para dar al sector una voz unificada en estos debates.

“Nuestro objetivo es alcanzar ocho teravatios de capacidad instalada en 2030”, explica. “Pero más allá de las cifras, tenemos que garantizar que este crecimiento beneficia a todos, desde las comunidades rurales de los mercados en desarrollo hasta los centros urbanos de Europa y Estados Unidos”.

El trabajo del Consejo abarca desde la integración en la red hasta el desarrollo de la mano de obra. Es un recordatorio de que ampliar la energía solar no consiste sólo en instalar más paneles, sino en crear sistemas, políticas y mercados que permitan el florecimiento de la energía limpia.

 

Hacer de la energía limpia un derecho básico

Andrew Crossland ha dedicado su carrera a buscar formas de hacer tangible la transición energética para los hogares. Para él, el acceso a la energía solar y al almacenamiento no debería ser un privilegio.

“Todo el mundo debería tener derecho a estas tecnologías”, afirma. “El derecho a instalarlas en sus casas, vender el exceso de energía a la red y recibir una remuneración justa por mantener el sistema”.

Esta visión está tomando forma a través de la Declaración de Derechos de la Electricidad, un marco para un acceso justo, normas transparentes para la red y compensación por los servicios de red. Como apoyo está el Protocolo Eléctrico, una hoja de ruta práctica para eliminar fricciones y desbloquear la adopción masiva.

“Las herramientas están aquí”, dice Andrew. “Las barreras a las que nos enfrentamos están totalmente creadas por el hombre”.

 

Por qué los aranceles no detendrán el impulso de la energía solar

Los recientes aranceles estadounidenses a las importaciones de energía solar han reavivado el debate sobre la política comercial y energética. Aunque estas medidas están diseñadas para proteger a las industrias nacionales, su impacto en el crecimiento de la energía solar es complejo.

Sonia sigue siendo optimista. “Somos una industria flexible y llena de recursos. La economía fundamental sigue favoreciendo la energía solar”.

Andrew lo dice más claramente: “No es un arancel. Es un impuesto al consumidor estadounidense”.

Ambos coinciden en que la solución definitiva reside en la asequibilidad y la accesibilidad. Cuando la energía solar en los tejados y las baterías domésticas se conviertan en la opción por defecto de los hogares, los obstáculos políticos perderán su poder.

“Unas facturas más bajas resuenan en todo el espectro político”, añade Sonia. “Es un mensaje que cualquier gobierno puede respaldar”.

 

Un futuro alimentado por tejados y baterías

A medida que más hogares y empresas adoptan la energía solar, la flexibilidad de la red se vuelve crítica. En el Reino Unido, la modelización de gemelos digitales de Andrew muestra el potencial de los sistemas distribuidos. Con un despliegue masivo de energía solar en los tejados y baterías, el 95% de la demanda energética del país podría satisfacerse sin quemar gas para 2030.

“Incluso en la lluviosa Gran Bretaña, las cifras se acumulan”, dice Andrew. “Las humildes baterías domésticas pronto podrían respaldar el 75% de los picos de demanda, transformando nuestra forma de pensar sobre la resistencia de la red”.

Este enfoque descentralizado no trata sólo de la seguridad energética. Se trata de crear un sistema en el que los hogares y las empresas sean participantes activos, generando, almacenando y compartiendo energía limpia.

 

Aumentar el poder de las personas

Con más de siete millones de personas trabajando ya en la energía solar en todo el mundo, el sector está llamado a convertirse en uno de los mayores creadores de empleo de la década. Sonia predice que esa cifra podría ascender a 100 millones a medida que se aceleren las instalaciones.

“Cada panel tiene que ser instalado por manos humanas”, dice. “Esto no es sólo energía limpia. Son empleos locales en cada pueblo y ciudad”.

El reto ahora es garantizar que esos puestos de trabajo vayan acompañados de una formación y unas normas de seguridad adecuadas. Las iniciativas de formación del Consejo Solar Global pretenden profesionalizar el sector, reducir los incidentes y garantizar la calidad a medida que la industria crece.

“Los aranceles reducen las industrias. La formación las hace crecer”, observa Birchy. “Si queremos economías locales vibrantes, invertir en las personas no es negociable”.

 

Una llamada a la acción para un futuro energético más justo

La energía solar ya no consiste en esperar avances. La tecnología está aquí. La economía es sólida. Lo que hace falta ahora es la colaboración entre los responsables políticos, los líderes del sector y las comunidades locales.

“La energía solar no es sólo cuestión de electrones”, dice Sonia. “Se trata de empoderamiento: reducir las facturas, crear empleo y dar a la gente el control de su futuro energético”.

El mensaje de Birchy es claro: “Apoya al Consejo Solar Global. Juntos, podemos conseguir una transición energética limpia que funcione para todos”.